Han llegado en el autobús que el Consistorio envió la pasada semana; 25 son menores.
A esta iniciativa solidaria municipal se suman las de particulares, vecinos como Enrique Arnao.
Han sido 45 horas de viaje en autobús boadillense desde la frontera de Polonia con Ucrania, según ha informado el Ayuntamiento en una nota. Las 44 personas desplazadas por la invasión de Rusia que van a ser alojadas con familias de la localidad que se han ofrecido para acogerlos (más de 300 se apuntaron en el registro que habilitó el Ayuntamiento).
El vehículo partió hacia la frontera cargado de medicinas, material higiénico y mantas que los vecinos de Boadilla han donado a través de Protección Civil en una campaña impulsada por el Consistorio. Hasta allí se desplazaron para coordinar la operación el jefe de la Policía Local, Luis Fernández- Pinedo; una técnico del área de Servicios Sociales, Fátima Abyoualladen; y la traductora Lyudmyla Mulko. En la frontera se encontraba ya un vecino, Pablo Grubsztein, impulsor de esta iniciativa y cuyo trabajo para lograr el traslado de los refugiados ha resultado fundamental.
Revisión médica
El alcalde, Javier Úbeda, recibió a la expedición en la explanada el Palacio del Infante D. Luis después de que, a su llegada a la Comunidad de Madrid, fueran trasladados al Hospital Zendal para un primer chequeo médico. Inicialmente, han sido alojados en el camping de un municipio limítrofe en el que permanecerán las primeras 48 horas para descansar y recibir orientación sobre la convivencia con las familias y poder estrechar lazos con los compatriotas que han venido con ellos para formar una red de personas de su misma nacionalidad en Boadilla. Durante la estancia en esas instalaciones, los alimentos necesarios están siendo aportados por el grupo DIHME, del sector de la restauración.
Este jueves las 18 unidades familiares que han llegado serán recibidos por las familias de acogida, que ya han mantenido una reunión con personal de Servicios Sociales en la que les han trasladado la información necesaria para realizar el acogimiento.
El Ayuntamiento ha puesto a disposición, tanto de las familias ucranianas como de las acogedoras,»todos los medios disponibles para facilitar su integración y bienestar». Están recibiendo apoyo para realizar los trámites que necesitan; desde el principio van a recibir clases de español y los niños serán escolarizados en centros públicos de la Comunidad de Madrid.
El Ayuntamiento tiene habilitado también en la página web un registro en el que pueden inscribirse empresas y particulares que quieran ofrecer servicios o material para ayudar al mantenimiento de estas personas en Boadilla. Para acceder a los registros se debe entrar en este enlace.
Para que los más pequeños puedan también integrarse con mayor facilidad, la ludoteca de la Casa de la Juventud ha ampliado su horario también a las mañanas, entre 10.00 y 14.00 horas, horario en el que se cuenta con los servicios de una traductora de ucraniano y una monitora.
La solidaridad boadillense ha brotado también con iniciativas de los propios vecinos como el Enrique Arnao, de 71 años, quien no dudó en viajar hace un par de semanas a la frontera de Rumanía con Ucrania para poner su experiencia y cualidades en coordinación logística al servicio de las personas de Ucrania que han llegado a nuestro país, tal y como ha contado a Boadilladigital en estas dos crónicas.