El pasado año fueron 31,4, mientras que en 2017 se llegó hasta las 31,5 según datos de Humana Fundación Pueblo para Pueblo.
Los vecinos de Boadilla del Monte donaron el pasado año un total de 31.400 Kgrs. de textil usado, en 2018 recogimos un ligeron descenso, ya que en 2017 fueron 31,5. «No responde a un motivo concreto. Nuestra lectura es igualmente positiva porque consolida la recogida selectiva de residuo textil por encima de las 31 toneladas, lo que confirma la confianza que los vecinos y vecinas tienen en un sistema de gestión que prima el fin social de la ropa usada», han valorado desde Humana.
Estas donaciones del pasado año equivalen a 65.000 prendas que tienen una segunda vida gracias a la reutilización y el reciclado, “un claro ejemplo de la economía circulur”, han destacado en Humana. Proceden de los contenedores que tienen en la localidad donde se deposita la ropa, el calzado, los complementos y el textil de hogar que ya no se utilizan para darles una segunda vida.
«La reutilización y el reciclado de textil contribuyen al ahorro de recursos, la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático», han destacado. A eso se suma que reducen los residuos en los depósitos controlados y en las plantas incineradoras, por consiguiente la emisión de gases de efecto invernadero.
La Comisión Europea calcula que cada kilo de ropa que se reutiliza y no es incinerado evita la emisión de 3,169 kg de CO2. Las 31 toneladas recogidas representan un ahorro de 99 toneladas de CO2 a la atmósfera.
Según ha destacado esta ONG, el servicio de recogida del textil es gratuito y representa “un ahorro importante en los gastos de recogida y tratamiento de residuos urbanos”. En este sentido han recordado que la Comisión Europea calcula que cada kilo de ropa que se reutiliza y no es incinerado evita la emisión de 3,169 kg de CO2. De esta manera, las más de 72 toneladas recogidas representan un ahorro de 229 toneladas de CO2 a la atmósfera.
La responsable del área de Recogida de Humana en la zona Centro (Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla y León) ha valorado estos datos. “Desde Humana aplaudimos la labor de los municipios que promueven la recogida selectiva de textil” y ha insistido en “la importancia de impulsar un modelo de gestión sostenible que priorice el componente social por encima del mercantil”. También ha apuntado a que en cualquier caso, “todos los agentes implicados debemos redoblar los esfuerzos para aumentar las cifras de recogida selectiva, no sólo para respetar el objetivo impuesto por Bruselas sino para potenciar el beneficio ambiental y social de la ropa usada”.
En España sólo una de cada 10 prendas que ya no se usa tiene una nueva vida. La ciudadanía desecha anualmente un millón de toneladas de textil, pero sólo el 10% se recoge selectivamente por un gestor autorizado para promover su reutilización o reciclado. Estas cifras se hallan muy lejos del 55% fijado por la Unión Europea (UE) para el año que viene para reciclar los residuos municipales e incluso la Comisión Europea ha advertido a España y a 13 países más de que corre el riesgo de no cumplir este objetivo.
Tras la orgánica, los envases y plásticos, el papel y el cartón, y el vidrio, el residuo textil es la quinta fracción que más se generan y la que presenta el porcentaje de valorización más alto, por encima del 90%.
Desde Humana apuntan a que el motivo para el optimismo es la importancia creciente de la economía circular, que define los residuos como recursos, y que en 2025 la recogida selectiva de la fracción textil será obligatoria en todos los estados miembros de la UE, una competencia que es municipal.
Las prendas depositadas en sus contenedores tienen dos destinos: el 61% se trata en alguna de las plantas de preparación para la reutilización de la Fundación (en Leganés-Madrid, Barcelona y Granada) y el resto se vende a empresas de reutilización y reciclado.
El 61% de las prendas se prepara para la reutilización; el 15% se destina a las tiendas secondhand de Humana en España y el 46% se exporta, principalmente a África, para ser vendido a precios de mercado y así generar recursos para la cooperación al desarrollo.
El 29% se encuentra en un estado que no permite su reutilización por lo que se vende a empresas de reciclaje textil para que elaboren otros productos como mantas, aislantes o trapos para la industria de automoción.
El 1% son residuos impropios (plástico, cartón, otros) que se ponen en manos de los gestores autorizados correspondientes; el 9% se envía a un centro de tratamiento de residuos para su disposición final ya que no se puede reutilizar ni reciclar ni valorizar energéticamente.