
Nombrar en Boadilla del Monte a San Babilés es hablar de su patrón, de su romería, de su fiesta, de la calle muy cerca del Palacio del infante don Luis. Es pensar en el cerro de San Babilés próximo a la carretera M-50 y en la confluencia entre la propia Boadilla del Monte y Villaviciosa de Odón. Pero vayamos por partes.
En primer lugar, toda la información que concierne a San Babilés es fácil de encontrar porque está difundida, pero la cuestión es conocer las fuentes primeras y eso es algo que la mayoría desconoce de su pasado. Una muestra son estas dos obras que se conservan como patrimonio bibliográfico español, en la Biblioteca Nacional y son consultables en la Biblioteca Digital Hispánica.
Regla y ordenanzas de la Cofradía del Sr. San Babilés, obispo y mártir, fundada en su ermita, sita en el término de Boadilla del Monte : confirmadas y aprobadas por el Consejo de la Gobernación de Toledo, en el año de 1580, siendo arzobispo el Eminenentísimo Sr. Cardenal Don Gaspar de Quiroga . Como su título indica, es un documento manuscrito que recoge las ordenanzas primitivas de la cofradía que se hicieron en 1478.
SAN BABILES, OBISPO, y Martyr : A 30 de Octubre, elaborado por Pablo Minguet e Yrol (1733-1778) y publicado en 1750. En él puede leerse cómo Babilés, obispo de Pamplona, tras dejar su tierra “marchó a Toledo y luego a un lugar, llamado entonces Odón, y ahora Villaviciosa, a una ermita para enseñar a los hijos de los vecinos y a los hijos de los sarracenos”. Allí fue apresado y muerto junto a ochenta niños, sus pupilos.
En segundo lugar, en el presente, desde el citado cerro de San Babilés pueden verse los restos de la primitiva ermita, y los trabajos arqueológicos que se realizan en dichos yacimientos visigodos. Igualmente, se tienen los proyectos de edificar una réplica de la ermita, y levantar una escultura visible del Sagrado Corazón, similar a otras ya existentes en diversos puntos de la geografía universal. Imágenes que alzan sus manos y se unen en el mismo cielo a los millones de ojos que las contemplan y admiran, como simbología, y como obra escultórica a cargo de importantes artistas.
Entre las 17 estatuas de Cristo Redentor más alta del mundo, de diversos países, sobre todo en Latinoamérica (Brasil, México, Bolivia y Perú); también en Vietnam, Francia, Polonia, Italia o Portugal, y las que están en España, más concretamente en Palencia el Cristo del Otero, creada por el escultor Victorio Macho, inspirado en el movimiento Art Deco e inaugurada en 1931; y en Murcia el Cristo de Monteagudo, levantada en 1926 por Anastasio Martínez Hernández, y reconstruida en 1951 por Nicolás Martínez Ramón, situada en un lugar emblemático de la región donde el rey Alfonso X El Sabio fundó La Madrasa de Murcia.
En vista de estos resultados y la historia que rodea a cada lugar que acoge estas magníficas esculturas, cuando en el futuro sean realidad los proyectos de Boadilla del Monte sobre la nueva ermita y la escultura del Sagrado Corazón de San Babilés, todo quedará incluido en el paisaje cultural del planeta. Pero eso ya será otra historia.
Documentalista y escritora