Este jueves, en los centros de salud, en una concentración organizada por el Sindicato de Enfermería. Exigirán medidas para mejorar los cuidados a los pacientes.
Los enfermeros y fisioterapeutas se movilizarán el 10 de febrero en los centros de salud de las capitales de provincia españolas, en la primera de varias concentraciones organizadas por el Sindicato de Enfermería SATSE.
SATSE ha denunciado “el grave deterioro, abandono y precariedad que sufre la Atención Primaria y exigir medidas que mejoren la atención y cuidados que se presta a pacientes y ciudadanía”. Se han quejado de la «gran sobrecarga y tensión asistencial, el aumento de las esperas para asistir de forma presencial o el poco tiempo que disponen para atender a cada persona”, lo que provoca un empeoramiento de la salud física, psicológica y emocional de sus profesionales. Asimismo, han mencionado la supresión paulatina de programas de prevención y promoción de la salud, así como de hábitos de vida saludables, entre otros problemas.
En el caso de los fisioterapeutas, han remarcado la falta de profesionales. En 2019, en la Comunidad de Madrid había un fisioterapeuta por cada 7.794 usuarios, mientras que la ratio establecida por la OMS es de uno por 1.000 personas. Han añadido que su labor ha sido indispensable para la recuperación de los pacientes de Covid-19.
Otras peticiones
Otros dos asuntos en los que han incidido son el desbloqueo en la tramitación parlamentaria de la Ley de Seguridad del Paciente, que se posibilite la jubilación anticipada voluntaria y que se permita la reclasificación profesional en el grupo A, sin subgrupos, además de acabar con la temporalidad y precariedad laboral.
En concreto, la jubilación anticipada voluntaria era algo que ya pedía el sindicato antes de la pandemia. En una rueda de prensa comentaron que los enfermeros “cumplen los mismos requisitos que otros colectivos profesionales, como los policías, trabajadores del sector ferroviario, personal de vuelo o profesionales taurinos”, a los que ya se les aplica. Argumentaron, además, el riesgo y peligrosidad de la profesión, así como la posibilidad de rejuvenecer las plantillas.
Prevén que las concentraciones continúen en los hospitales en febrero, se alarguen durante los próximos meses y que aumenten de intensidad, buscando una reacción y un compromiso por parte de las administraciones públicas. El pasado septiembre ya realizaron una manifestación pública ante el Congreso de los Diputados.