Su asamblea lo aprobó el pasado 5 de junio y lo ha confirmado la patronal empresarial madrileña.
La Asociación de Comercio de Boadilla del Monte (ACBM) ya forma parte de la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM) tras la aprobación de la Asamblea el pasado 5 de junio con 36 votos a favor. Es el único colectivo empresarial boadillense que pertenece a la patronal madrileña.
La presidenta de ACBM, Ana Aller, ha señalado a Boadilladigital que «formar parte de la patronal madrileña CEIM, supone impulsar los intereses comunes de nuestros asociados ofreciéndoles un mayor servicio, promoviendo el desarrollo empresarial de todas las empresas que forman parte de la asociación. Además, es importante para nuestros asociados el apoyo que nos brindará, en cuanto al diálogo económico y social se refiere, defendiendo conjuntamente los intereses de las empresas ante los distintos organismos y administraciones públicas». También han destacado que con este paso quieren «sumar y multiplicar el tejido empresarial del territorio noroeste, independiente de la forma jurídica y del tamaño del negocio».
La integración en la patronal madrileña se produjo tras la reunión que tuvo lugar con miembros de la CEIM el 2 de marzo. A él acudieron el presidente de la patronal madrileña (que representa a unas 120.000 empresas de la Comunidad), Miguel Garrido de la Cierva, el vicepresidente Javier Beitia y la secretaria general, Sara Molero.
Según explicaron en aquel momento, desde CEIM impulsan programas a nivel nacional para fomentar la competitividad de las empresas cuando hay elecciones forales, autonómicas y locales de cara a que los partidos políticos los pongan en práctica; también realizan un seguimiento del cumplimiento por parte de las formaciones política, así como las consecuencias de los incumplimientos.
Asimismo destacaron beneficios como contar con un clima positivo empresarial; una voz fuerte ante las administraciones; la defensa de la libertad de empresa; la mejora en las de infraestructuras regionales, el impulso a políticas fiscales adecuadas, las ayudas y subvenciones; la formación a empresas para mejorar la competitividad; que se adapten a las normativas; el fomento del networking o su presencia en mesas de negociación de normas.
