Lo expresó Ginés García Beltrán en su visita a Boadilla del Monte, durante una jornada académica denominada ‘La influencia española en la cultura universal’, que tuvo lugar el pasado jueves.
El obispo de la Diócesis de Getafe, a la que pertenecen localidades como Boadilla del Monte, intervino para clausurar este simposio celebrado en el Palacio del Infante D. Luis, coordinado por el sacerdote diocesano y delegado para la Cultura, Jesús R. Folgado, en colaboración con el Comité de Estudio de las Religiones de Harvard (EEUU), la Universidad de Comillas y de otras entidades europeas, tal y como adelantó Boadilladigital en esta noticia.
García Beltrán remarcó que «la Iglesia ha tenido siempre la osadía de defender al débil y de buscar la justicia social que favoreciera el desarrollo de los pueblos y la dignidad del hombre». Asimismo, insistió en que esta jornada se produce en un momento donde «la Iglesia reivindica nuevamente la dignidad y el derecho de todos los pueblos originarios como lo ha hecho históricamente».
A lo largo de la tarde, a la que también asistió el alcalde de Boadilla del Monte, Javier Úbeda, expertos del Instituto de Cultura e Historia Naval, el Museo de América, la Universidad Pontificia de Comillas o del Archivum Romanum Societatis Iesu de Roma analizaron las líneas de intercambio cultural entre los continentes americano, asiático y africano y España y cómo benefició a ambas sociedades.
La actividad académica, entre otras cuestiones, esbozó algunas de las líneas de intercambio cultural a través de la figura de dos madrileños, Diego de Pantoja (Valdemoro), y Pedro Páez, (Olmeda de las Fuentes), unidos a exploradores como Juan Sebastián Elcano.
Tanto Folgado, actual profesor invitado en Harvard, como García Beltrán, subrayaron la importancia del papel que desempeñó la Iglesia en la defensa de los derechos de los pueblos indígenas, favoreciendo un modo de evangelizar «a la española».
En este sentido, una de las conclusiones de la sesión fue que la evangelización de los territorios del Nuevo Mundo llevada a cabo por España y la Iglesia española favoreció un intercambio a todos los niveles, no sólo cultural, sino también económico y social, dando paso a nuevas formas de sociedades mestizas de mucha diversidad y riqueza de matices.
