«El infante don Luis y otras historias paralelas: 1735, la obligación no es vocación»

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Infante don luis de niño cuadro de Ranc, Jean
El infante-cardenal Luis Antonio de Borbón, niño, obra de Jean Ranc.

“…Sus padres le encaminaron hacia la carrera eclesiástica. Un acuerdo con la Santa Sede permitió asegurarle, desde el 9 de septiembre de 1735 – con solo 8 años de edad-, el Arzobispado de Tole­do…” (según Palacio Infante Don Luis).

El infante, todavía demasiado joven, en 1735, debe acatar lo establecido y formar parte de la Iglesia como arzobispo de Toledo; un cargo que se inició con San Eugenio en el siglo I y que, en su larga lista, don Luis ocuparía el CXVII lugar, siendo uno de sus destacados predecesores, en el puesto LXXX, el mismísimo  cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, quien realizó y financió la Biblia Políglota Complutense, escrita en hebreo, griego, latín y arameo, para potenciar el estudio de las Sagradas Escrituras. Y entre los sucesores, su propio hijo Luis María de Borbón y Vallabriga ocupando el C lugar.

Por vocación u obligación, el 26 de mayo de 1735, Jorge Juan y Santacilia en el navío El Conquistador y Antonio de Ulloa y de la Torre-Guiral, en la fragata Incendio, salen de Cádiz para unirse, el 15 de noviembre, a la Misión Geodésica Francesa, expedición llevada a cabo para medir la distancia equivalente a un grado de latitud en el Ecuador terrestre, y así poder comprobar la forma de la Tierra. Para tal misión se precisó el permiso de Fernando VI, hermanastro del infante don Luis.

Las obras de los insignes marinos españoles pueden consultarse en el Museo Naval; un espacio para visitar y disfrutar de importantes piezas de la navegación como el barco Santísima Trinidad, un navío de cuatro puentes diseñado por Jorge Juan para la batalla de Trafalgar; como se detalla en los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.

Ese mismo 1735 se publica ‘Vida y hechos del ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha, de Cervantes

Ya que hablamos de obras y libros, citaremos otras de importancia, publicadas ese mismo año de 1735, como: Reglas de ortografía en la lengua castellana, compuestas por Antonio de Nebrija; Vida y hechos del ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha, de Cervantes, en edición de Antonio Sanz en dos volúmenes;  Expresión sucinta, en octavas, a la creación de cardenal, y arzobispo de Toledo, el señor infante Don Luis Antonio Jaime de Borbón, de Pedro Nolasco de Ocejo, dirigida a la Reina nuestra Señora Doña Isabel Farnesio (que Dios guarde).

Durante ese tiempo, muchos nombres llegan a la Historia, como por ejemplo: Lorenzo Hervás y Panduro, precursor de la Filología comparada; José Romero Fernández de Landa, primer ingeniero naval de la Armada Española; o  Juan Pedro Arnal, arquitecto que entre sus muchos trabajos está el diseño de la Casa de Postas, y como dibujante el frontispicio en el  Quijote editado por Joaquín Ibarra en 1780 patrocinado por la Real Academia Española. Hoy día la obra de Cervantes está interactiva en la Biblioteca Nacional, así como el resto de las obras citadas, que pueden leerse on line, gracias a la digitalización.

Y otros muchos se van, como el religioso jesuita Bernardo de Hoyos, quien propagó la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Un siglo antes, en 1635, falleció Félix Lope de Vega y Carpio, quien tenía algunas cosas en común con el infante

También se fue, pero un siglo antes, en 1635, Félix Lope de Vega y Carpio, gran poeta y dramaturgo del Siglo de Oro español, de sobra conocido por sus obras literarias, amoríos y desgracias. Si hay algo en común con el infante don Luis es el gusto por el género femenino y la llegada a la carrera eclesiástica sin vocación, sino por obligación real uno y por necesidad emocional el otro.

Ahora en el siglo XXI, se ha podido comprobar que la sombra de Lope de Vega es alargada, al encontrar una nueva obra, La francesa Laura, gracias a la inteligencia artificial.

Sin esperar a su representación en el Teatro Español, aunque siempre es un placer acudir a tan magnífico espacio, se invita a los lectores a disfrutar de la obra, de manera digital, en los Jardines del Palacio del Infante Don Luis en Boadilla del Monte: mejor escenario imposible.

Pilar del Campo Puerta

(Documentalista y escritora)

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