Realizar ejercicio físico, aliado contra el cáncer de mama

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Cáncer de mama mujer

Así lo ha puesto en valor el servicio de Oncología del Hospital Puerta de Hierro, donde se han realizado tres investigaciones con el fin de evidenciar los beneficios contra personas que hayan padecido esta enfermedad. 

El centro hospitalario de referencia de localidades como Boadilla del Monte o Las Rozas ha realizado tres estudios con el fin de fomentar hábitos saludables y compartir el conocimiento entre la población atendida en sus consultas y que ha padecido cáncer.

La primera de las investigaciones ha tenido como objetivo principal evaluar los niveles de actividad física realizados por mujeres diagnosticadas de cáncer de mama después de finalizar el tratamiento. Los resultados estimaron que estas realizaban 235 minutos de actividad moderada a la semana, cifra por encima de la recomendada en ese momento (150 minutos), lo cual es reflejo de una buena adherencia a hábitos de vida saludables, según el hospital.

Sin embargo, algunas dimensiones de su cuerpo como la cintura estaban por encima de las cifras recomendadas, así como el índice de masa corporal. La condición cardio-respiratoria estimada aunque también estaba al límite de lo saludable, es algo que se considera aceptable, ya que estas personas pierden en torno a un 30% de esa capacidad tras los tratamientos. En ese sentido, el centro hospitalario recalca la buena adherencia de las participantes a una dieta saludable.

El segundo de los estudios, recogió muestras biológicas para analizar la relación existente entre actividad física y la fatiga asociada al cáncer. De una muestra de 180 mujeres, en el 43% prevalecía la fatiga asociada a esta enfermedad. Aún así, no se encontró asociación con el tipo de tratamiento recibido, con la actividad física semanal realizada, con la condición cardio-respiratoria, la fuerza muscular, ni la adherencia a la dieta mediterránea. Eso sí, ser más joven, estar más cerca del fin de tratamiento o tener sobrepeso fueron predictores de fatiga.

El tercero y último, es un ensayo clínico en el que se realizó una intervención para mejorar la fatiga asociada al cáncer en una población de supervivientes con tal problema. Se comparó una estrategia más intensa a nivel físico con otra menos intensa y con entrenamiento solo de fuerza. Aunque se observaron algunas ventajas numéricas para el ejercicio más intenso, no se pudo concluir que fuera superior de forma estadística. La buena noticia es que ambos grupos mostraron grandes mejorías en la fatiga tras someterse al programa de entrenamiento.

De este modo, este hospital, el cual ya fue reconocido recientemente por su atención a pacientes oncológicos, esclarece que el ejercicio es una herramienta fundamental para la participación de los pacientes en su cuidado tras el diagnóstico de cáncer de mama.

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