Isabel Domarco profesó el pasado 7 de diciembre en Belén en esa orden que cuenta en la actualidad con más de 5.000 mujeres en todo el mundo.
En la ceremonia que tuvo lugar en la capilla de San Francisco, situada en el complejo de la Basílica de la Natividad en Belén (Israel), Domarco estuvo acompañada por el párroco de Santo Cristo de la Misericordia de Boadilla del Monte, Javier Siegrist, así como por un buen número de familiares, amigos y por las hermanas del Hogar Niño Dios en Belén, donde ha estado sirviendo durante años, ayudando a los religiosos del Instituto del Verbo Encarnado en su trabajo con niños discapacitados.
La ceremonia estuvo presidida por monseñor Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del Patriarcado de Jerusalén. Recordó que la elección de Domarco para ser virgen consagrada representa un bien para toda la Iglesia, que a partir de ahora podrá contar con su precioso testimonio de fe viva. Asimismo, subrayó la perseverancia y la fe en la Providencia de esta boadillense, quien “ha elegido una condición de vida aparentemente loca e irreflexiva a los ojos del mundo, pero que encuentra un verdadero cumplimiento y plena realización en Cristo”.
El administrador apostólico instó a Domarco a que nunca se canse de recurrir a la oración, “una realidad que nutre la fe y santifica todas las buenas intenciones, incluido su voluntariado con los niños del Hogar Niño Dios, que, si no se acompaña de la oración diaria, corre el riesgo de seguir siendo un trabajo útil pero espiritualmente estéril”.
Según han destacado desde la Diócesis de Getafe a la que pertenece Boadilla del Monte el momento de la consagración fue la culminación de un largo periodo de discernimiento personal y de un tiempo adecuado de formación, en el que la candidata profundizó en su autoconocimiento.
Al final de este recorrido, Isabel Domarco pudo finalmente decir «sí» a su vocación, profesando solemnemente su elección de vivir la castidad «por el reino de los cielos».
El Orden de Vírgenes Consagradas son mujeres laicas consagradas a Dios. Más de 5.000 féminas de todo el mundo pertenecen a ella, de las que más de 220 son españolas. Esta antigua vocación fue impulsada en el Concilio Vaticano II y con ella se concede la posibilidad de recibir esta consagración y no sólo a monjas de los monasterios. La consagración fue ratificada por Juan Pablo II en el canon 604 del Código de Derecho Canónico de 1983.
El 8 de junio de 2018, a dos años del 50 aniversario de la restauración del antiguo Ordo virginum, la Congregacion de Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA), proclamó Ecclesiae Sponsae Imago, instrucción admitida por el papa Francisco. Se trata del primer documento de la sede apostólica que profundiza la fisonomía y la disciplina de esta forma de vida, después del rito litúrgico y las notas contenidas en él.
