Según datos del Canal de Isabel II, las toallitas pueden ocasionar graves atascos en las redes interiores de las viviendas y en el alcantarillado de la Comunidad de Madrid.
Canal de Isabel II, a través de la campaña ‘Encesta las toallitas en la papelera’, recuerda que solo el papel higiénico debe desecharse por el váter. Y es que cada año llegan a sus estaciones de depuración más de 30.000 toneladas de ellas y otros sólidos que se han desechado incorrectamente y han acabado en estas instalaciones de saneamiento.
Sólo en lo que llevamos de 2024 ha retirado más de 1.500 toneladas de residuos sólidos, una pequeña cantidad de la mencionada inicialmente, que nunca debieran haberse incorporado al agua residual y que, previamente, había logrado atrapar en distintos puntos de la red de saneamiento de la región, especialmente en los aproximadamente 1.200 aliviaderos disponibles y en la salida de grandes colectores.
Para evitar esto, la empresa pública está instalando rejas, cestas de nailon y otros sistemas de retención «una solución paliativa» con la que se evita contaminar los ríos tras episodios intensos de lluvia. Una vez que estas redes se llenan de desperdicios, se recogen, se envían a vertedero y se sustituyen por unas nuevas mallas que volverán a actuar como un escudo protector, principalmente durante episodios de precipitaciones. Retienen desechos sólidos: buena parte son toallitas húmedas, productos de higiene personal, colillas y otros residuos domésticos arrojados indebidamente al retrete o a la calzada.
Sobrecoste y solución en el origen
Canal de Isabel II ha cuantificado en una cifra media de 3,5 millones de euros el sobrecoste anual que supone el tratamiento de estos vertidos a la red de saneamiento, una cifra que se ha incrementado en millón y medio respecto a 2019. Este importe incluye los costes de retirada, los extra de mano de obra para la limpieza de las bombas, la reposición de las que quedan inoperativas y el incremento en la factura energética.
A ello hay que sumar las inversiones realizadas en las depuradoras para que estos residuos no comprometan el funcionamiento de estas instalaciones, fundamentales para la salud pública y la calidad ambiental de los ríos. Canal invirtió en 2023 más de 5 millones de euros en equipamiento específico para controlar estos residuos, y ya tiene previsto inversiones por un importe similar para ejecutarse próximamente.
En ese contexto, la campaña recuerda a los ciudadanos que echar toallitas y otros residuos al váter puede causar serios daños tanto en las instalaciones interiores de las viviendas, como en la red de alcantarillado general, y especialmente en las depuradoras, «unas infraestructuras vitales para la salvaguarda de los ecosistemas acuáticos».
Subraya que la composición de las toallitas hace que tarden demasiado tiempo en deshacerse, a diferencia del papel higiénico, que en poco tiempo se disuelve por completo. Asimismo, las primeras implican riesgo para los operarios encargados de desatascar los equipos afectados.
Por eso, insiste en que es esencial depositar las toallitas y los residuos sólidos urbanos en la papelera o en el cubo de basura y «por el váter, además de orina y heces, únicamente se debe desechar papel higiénico».