Algunos vecinos de la avenida Isabel de Farnesio protestan por las obras de conexión con la M-513 que inició el Ayuntamiento a finales de junio.
Vecinos de la avenida de Isabel de Farnesio de la localidad han protestado este jueves por unos trabajos que conectarán esa vía con la M-513 a la altura de los puntos kilométricos 6,500 y 6,900. Cuentan con un plazo de ejecución de cinco meses y un presupuesto de 775.005 euros IVA incluido.
«El Consistorio pretende meter el tráfico en la ciudad», apuntaban algunos boadillenses en declaraciones a TVE. Consideran que «es una salida hacia una carretera que ya está atascada».
Asimismo, creen que la causa de todo esto es que Boadilla del Monte ha crecido «desproporcionadamente; en 2005 éramos 34.000 habitantes, en 2020 somos 54.000 y en cuatro años más se prevé que vamos a ser 84.000. Todo esto sin prever ningún tipo de infraestructura de comunicación».
También apelaron a la presidenta del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, porque creen que «se están cargando el monte; es un bosque protegido» y consideran que el Ayuntamiento de la localidad tiene una actitud «despótica».
Por su parte, desde el Consistorio han recalcado que la rotonda «es una obra que descongestionará el tráfico y mejorará la movilidad». El alcalde, Javier Úbeda (PP) calificó esta actuación como «una de la más importantes de la legislatura». Junto a los dos carriles de acceso, prevé la construcción de una pasarela peatonal para dar continuidad al camino existente.
El jueves el regidor anunció y mostró que habían trasplantado una decena de pinos que se encontraban en el talud de Isabel de Farnesio «para evitar perderlos con motivo de las obras de enganche con la M-513».
PGOU
Por su parte, vecinos de Valdecabañas han apoyado la protesta de los de Isabel de Farnesio y han declarado a Boadilladigital que quieren que se sepa que en el municipio «hay más afectados» por el Plan General de Ordenación Urbana. «El problema de Valdecabañas es la aprobación de un plan especial en el 2013 por el que los terrenos residenciales y deportivos de la entrada (ahora son pinos y encinas) se han trasformado en 117.000m2 de suelo terciario comercial dejando dos casas en medio».