En el Día Mundial del Párkinson que se conmemora cada 11 de abril desde 1997.
La Comunidad de Madrid cuenta con más de 18.000 personas con párkinson, una enfermedad que, tal y como la define la Federación Española de Parkinson, es «un trastorno neurodegenerativo que afecta al sistema nervioso de manera crónica y progresiva». Se trata de la segunda más prevalente en la actualidad después del alzhéimer.
Los recursos hospitalarios regionales cuentan con cinco unidades en el campo de las enfermedades neurodegenerativas en el Clínico San Carlos, La Princesa, Gregorio Marañón y Ramón y Cajal, dos de ellos en este último.
A nivel nacional, los afectados ascienden a 160.000 y siete millones en todo el mundo. Una cifra que todo indica que seguirá en aumento, puesto que según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS) los casos de esta patología se han duplicado en los últimos 25 años, fruto de las barreras financieras y geográficas de la atención sanitaria presentes, sobre todo, el países de renta baja.
Causas
Algunas de los factores que podrían favorecer a la aparición de esta enfermedad, son la edad, ya que lo más común es que se inicie entre los 50-60 años. La prevalencia aumenta exponencialmente a partir de la sexta década de vida. Los factores genéticos y factores medioambientales son los principales.
Diagnóstico
Con motivo del Día Mundial del Párkinson, Laura Carrasco, directora de la Asociación Parkinson Madrid, en declaraciones a Europa Press Televisión ha señalado algunos de los principales síntomas que caracterizan a la enfermedad. Destaca, que «hay muchos motores, relacionados con la lentitud o la perdida de equilibrio». Además de «otra parte más psicología, como depresión, ansiedad o demencia tipo párkinson, que no debe de confundirse con alzhéimer».
Otros signos están relacionados con el babeo, el mareo a la hora de levantarse, así como la rigidez en articulaciones. También, ha asegurado que «afecta a la voz, baja el tono de la misma y aparecen dificultades a la hora de pronunciar, lo que provoca aislamiento en las personas, ya que les cuesta mucho comunicarse con los demás».
Del mismo modo, al tratarse de una enfermedad progresiva, cuando el estado es muy avanzado, la dificultad es mayor para comunicarse. Asimismo, aparecen grandes problemas para moverse.
Por último, ha manifestado que «no solo es una enfermedad de personas mayores» y que «el temblor solamente se produce en el 40 por ciento de los casos».
Combatirla
A día de hoy no hay cura para el párkinson, pero sí hay unos tratamientos transversales para frenarla. En ellos se incluyen los fármacos (algunos para aumentar el nivel de dopamina en el cerebro; otros influyen en otros neurotransmisores como los que disminuyen los temblores; y por último los que buscan controlar los que no afectan al movimiento); la cirugía; estimulación cerebral profunda, que usa un electrodo que se implanta quirúrgicamente; y una variedad de terapias de apoyo y complementarias como la fisioterapia, la logopedia, para mejorar el habla.
A todas ellas se añaden una dieta sana y equilibrada para promover el bienestar general, tal y como sucede a cualquier persona, y el ejercicio diario para mejorar la movilidad y flexibilidad
