El Ayuntamiento está trabajando en el parque Blas de Lezo, donde se va a tratar el 100 por cien de superficie, unos 2.100 m2.
Según ha explicado el Consistorio en una nota, por el momento, se ha realizado un taqueado con aireadora hasta una profundidad de unos 4 ó 5 centímetros, se han recogido los tacos manualmente y de igual forma se está esparciendo la arena de sílice. Posteriormente, se realizará el escarificado de la pradera a unos dos centímetros de profundidad, se sembrará y se realizará un aporte de mantillo.
Estas labores son «fundamentales para mantener la salud de las praderas, ya que las pisadas continuadas, las siegas y el riego provocan que el sustrato se compacte y se reduzca su permeabilidad». Además, con el tiempo se va formando sobre el sustrato una costra o fieltro superficial, compuesta por restos muertos del propio césped y otros residuos, que reducen aún más la permeabilidad, impiden que los fertilizantes, el agua y la luz penetren adecuadamente, pudiendo favorecer la aparición de enfermedades fúngicas y afectan a la estética de las praderas.
El aireado consiste en “pinchar” el terreno, extrayendo los tacos resultantes, para oxigenar el suelo en profundidad. Con el enarenado, se rellenan los huecos resultantes, favoreciendo la capacidad de infiltración del terreno. Finalmente, mediante el escarificado, se realizan cortes en los primeros centímetros mediante máquinas provistas de cuchillas verticales, se descompacta el terreno, eliminando el fieltro superficial y el césped muerto. De esta manera, se favorece la regeneración de la pradera, aliviando al césped de las causas que provocan su deterioro, y logrando una pradera más uniforme, vigorosa y tupida.
Los trabajos se extenderán a otras praderas del municipio, continuando por el parque Víctimas del Terrorismo. A lo largo de este año se tiene previsto actuar sobre 48.437 m2 de pradera.
