Según un estudio publicado por el Canal de Isabel II, utilizando el nuevo sistema VIGÍA.
El sistema muestra un indicador que mide la persistencia del virus en el agua residual a partir de la tendencia en un punto de alcantarillado. En él se recogen muestras y el valor absoluto medido con relación a los históricos en ese mismo lugar. Contempla un abanico que oscila desde 0-1 (evolución muy baja), a 9-10 (muy alta).
Boadilla del Monte tiene actualmente 4,49 y ha incrementado la presencia del virus un 70 por ciento, según muestras recogidas el pasado 12 de febrero en relación al informe anterior del día 9. Municipios de la zona como Majadahonda tienen 4,48, el mismo porcentaje de incremento que la localidad boadillense, y Pozuelo de Alarcón, por su parte, ha incrementado en un 60% sus datos, con un indicador de 3,94.
A la cabeza en la región está Villaviciosa de Odón, que alcanza un 9,68 en el análisis del día 12, lo que supone un incremento del 90 por ciento respecto al realizado en el informe del 9 de febrero. Es el municipio de un cierto volumen de población con más coronavirus de este tipo en sus aguas residuales. Sólo le superan localidades pequeñas como Valdilecha (9,90) y Pezuela de las Torres (9,89); en ellas las anteriores muestras son del día 11 y 4, respectivamente.
El Canal de Isabel II ha anunciado que va a publicar estos datos semanalmente. La detección se realiza mediante el sistema ‘VIGIA’, «el mayor actualmente en España», según han destacado en una nota, con mediciones recogidas en 289 puntos del alcantarillado de la región, que permiten analizar las «tendencias» y la distribución espacial del virus por localidades y calles. En el mapa, a través de distintos tonos de colores, se pueden conocer las áreas más afectadas, tomando las muestras en las alcantarillas del municipio en cuestión.
Por su parte, desde el Ejecutivo de la Comunidad de Madrid han recalcado que el sistema ha permitido detectar un descenso del 50 por ciento de la presencia del virus desde el pico de la tercera ola (20 de enero). Recuerdan que la tendencia detectada en aguas residuales tarda unos 15 días en repercutir en el número de casos e ingresos hospitalarios. Asimismo, apuntan a que “ya que se ha convertido en una herramienta muy valiosa para la toma de decisiones de las autoridades sanitarias y ha logrado adelantar las dos últimas olas del COVID en la Comunidad”.
En las últimas semanas, se están tomando muestras para tratar de detectar las distintas mutaciones de COVID-19, es decir, la cepa británica, sudafricana o la brasileña. En ese sentido, los técnicos de Canal están en contacto con laboratorios y expertos para ver qué metodologías podrían emplear para superar las barreras existentes a día de hoy para localizarlas y cuantificarlas en las aguas residuales.