La parroquia Santos Apóstoles de las Lomas de Boadilla del Monte acogerá una misa funeral el 19 de febrero a las 20.00 horas por Francisco Lage Martínez, fallecido el pasado domingo en Astorga.
La Diócesis de Getafe ha confirmado que la localidad boadillense recordará a uno de los sacerdotes más queridos de Boadilla del Monte con una misa funeral en la que fue su parroquia hasta julio de 2023.
Francisco Lage Martínez (Coruña, 1936) falleció el pasado domingo en Astorga (León) a los 88 años de edad y tuvo una vocación incansable de servicio de más de 60 años. «Cristo Buen Pastor, y la generosidad eran emblemas de su vida sacerdotal», han explicado desde la Diócesis.
Según han recordado en Soloboadilla, comenzó en Boadilla del Monte en 1971 junto a José María Sáez Ortega, haciéndose cargo de la parroquia de la urbanización Las Lomas, que por aquel entonces dependía de la Diócesis de Madrid y que a penas contaba con una docena de feligreses. En 1993 pasó a ser competencia de la de Getafe y Lage fue nombrado párroco in solidum junto a Sáez. Su labor incansable dio fruto e impulsó el culto en la zona, y continuó hasta el pasado verano cuando se retiró a una residencia en Astorga.
Celebró sus bodas de oro sacerdotales en el año 2010, en una ceremonia presidida por el obispo diocesano en aquel entonces, Joaquín María López de Andújar.
Religioso de la Congregación del Santísimo Redentor, fue profesor de la Academia Alfonsiana desde 1970 y fundador y primer presidente del Instituto de Moral, en Madrid.
También fue provincial de los PP. Redentoristas desde 1990 hasta 1996 y profesor del Instituto de Ciencias Morales de la Universidad Pontificia de Comillas y de la Universidad de Letrán, en Roma.
Colegios y hospital
Además de su labor parroquial y docente, asistió a varios colegios de Boadilla del Monte, una tarea «provechosa» y de la afirmaba sentirse “casi satisfecho”. También colaboró en el Hospital Montepríncipe, e impulsó proyectos solidarios en Lima (Perú) y Níger. Destacó por los bautizos que ofició; más de 400 niños en 2007.
Según indican desde la Diócesis, era un hombre de profunda fe, siempre disponible para quien lo necesitara. Sus puertas siempre estaban abiertas para todos, tanto para el que solicitara el sacramento de la confesión, como charlar, o alguna ayuda material. Un ejemplo de esto es la importante labor que realizó en el chabolismo que había inicialmente en el territorio asignado a la parroquia, y le alegraba que esa triste realidad hubiera desaparecido en la zona.
